Wednesday, January 25, 2012

Los Héroes del 25 de Enero.

Por Jorge L. Pérez / jperez@elnuevodia.com
http://www.elnuevodia.com/losheroesdel25deenero-1171249.html
Periódico El Nuevo Día 22 de enero 2012.

     No importa el día ni la hora que sea, en la ciudad de Ponce siempre se estará celebrando el 25 de enero.
     Ese es el nombre, efectivamente, de una calle muy particular: en ella puede verse una larga hilera de casas de madera pintadas de rojo y negro, que representan tanto los colores de la ciudad conocida como la Perla del Sur, como la de su famoso Parque de Bombas.
     Y no se trata de una coincidencia.
     El 25 de enero de 1899, poco después de que concluyera la guerra Hispanoamericana, las tropas norteamericanas seguían ocupando gran parte del país, incluyendo, como es natural, a Ponce.
Allí, tenían en la calle Comerío donde ahora se encuentra la Escuela de Artes y Oficios, un cuartel de artillería, llamado popularmente ‘El Polvorín’. donde almacenaban municiones y armamento.
Además, en su interior tenían una caballeriza donde guardaban los caballos así como las mulas que se usaban para arrastrar las piezas de artillería.
     También, como es lógico, tenían grandes cantidades de heno, para alimentar los animales.
En fin, en la noche del 25 de enero se inició en el almacén de heno un fuego que amenazaba con desplazarse en cualquier momento hacia el área donde estaban almacenadas las municiones, incluyendo pólvora, dinamita y otros explosivos, lo cual, por supuesto, tenía el potencial de provocar una explosión de gran magnitud que, en efecto, destruyera buena parte de la ciudad.
     De hecho, la posibilidad de que en cualquier momento se suscitara un fuego allí había provocado de antemano las quejas de muchos ciudadanos ponceños, que objetaban que el material explosivo se encontrara almacenado en el pleno centro de la ciudad.
     Claro está, la ventaja era que el Parque de Bombas -la estación de bomberos- estaba localizada apenas a tres cuadras de allí y, de primera instancia, eso podría haberse considerado una gran ventaja.
Al estallar el incendio, sin embargo, las autoridades militares determinaron que los bomberos no debían tratar de apagarlo, y en dos ocasiones dieron órdenes de retirada.
     “Yo creo que el ejército americano actuó así pensando tal vez en la seguridad de los bomberos”, comentó recientemente el historiador oficial del municipio de Ponce, Jorge Figueroa, “pero tal vez también porque llevaban muy poco tiempo aquí y todavía no sabía interpretar muy bien cómo era la vida en una isla tropical”.
     Ponce, en particular, casi había sido arrasado por el fuego de 1820 y, por ser una región seca, y cubierta por amplios cañaverales, era especialmente susceptible para los incendios.
     El caso, según Figueroa, fue que de los 40 a 50 bomberos que respondieron al llamado de alerta, solo siete activos entonces -reforzados por un civil- optaron por desobedecer las instrucciones militares.
     “Rafael Rivera Esbri, el civil, fue quien tomó la iniciativa y convocó a los bomberos para que lo acompañaran”, explicó el historiador Figueroa.
     Esbri, quien luego sería alcalde de Ponce (1915-17), resultaría ser también bisabuelo del actor Benicio del Toro, recordó el historiador.
     “Lo primero que hicieron los bomberos fue comenzar a identificar la zona del incendio”, agregó. “Luego de que lo controlaron, incluso movieron algunas de las cajas de dinamita”.
     Luego de consumada la gesta, sin embargo, recibieron un premio inesperado: las autoridades militares los acusaron de insubordinación.
     Pero de inmediato se formó una comisión ciudadana encabezada por Miguel Rosich, que tuvo éxito en su reclamo de que en vez de enjuiciar por insubordinación a los bomberos en una corte militar y a Rivera Esbri en una corte civil, todos debían ser considerados héroes.
     Y, en efecto, la asamblea envió la proclama redactada en ese sentido a lo que hoy se conoce como el museo del Parque de Bombas, declarando héroes a los bomberos Juan Romero, Rafael del Valle, Cayetano Casals, Pedro Sabater, Gregorio Rivera, Pablo Ruiz y Tomás Rivera, y el civil Rivera Esbri.

CONSTRUYEN LAS CASAS

     A partir de 1906, entretanto, el Cuerpo de Bomberos de Ponce comenzó a aprovechar las fiestas de La Candelaria, que eran la fiesta tradicional de los bomberos, para sortear un predio de terreno y una casa de madera entre los bomberos, para solucionar en parte su pobreza y, según se cree, también con la intención adicional era la de mantenerlos alojados en un mismo sector con tal de facilitar su presencia en masa en caso de una emergencia.
     Los sorteos continuaron hasta mediados del siglo 20.
     Luego, el uso de las casas -que son 40 y siguen perteneciendo al municipio de Ponce- podía cederse a sus descendientes.
     En resumen, el fuego sigue ardiendo todavía: y la fecha del 25 de enero es considerada la segunda más importancia para la ciudad, detrás de la del 12 de septiembre de 1692, fecha en que fue fundado oficialmente el municipio ponceño.

No comments:

Post a Comment